sábado, 9 de noviembre de 2013

Olvidándote.

Te pienso. Siento que aún te pienso y pienso que me dueles. Hubo un tiempo en el que tus costados eran mis razones. Que tus costado me ataban a cuerpos frágiles que se deshacían sin prisa. Sin prisa..., pero ya no hay espacio para sonrisas; de nada me vale ni me salva tu sonrisa. Ya nadie acepta mis pagos ni con visa ni me desnudan poco a poco..., poco a poco con el sonido de una risa que perdió brillo; que ya no tiene reina ni castillo. Ya no chillo como un grillo, ni te encierro en el altillo de mi vida; pues ya no hay salida ni corazón de sustitución para cantarte esta triste canción que me regaló un canta-autor al escuchar los ecos de voz... Perdí la voz, sin saber en qué rincón de esta habitación te deshaces el amor ni en qué lluvia te perdí, porque te di una boca hueca que se muerde si te toca. Regálame palabras rotas que se rompan con cada copa. Dame rosas negras secas para olvidarme de tus mejillas con pecas. Déjame la llave de esta prisión y libérame de la razón del corazón que no entiende tus sin razones ni tus perdones. Átame los cordones y dame nuevos dolores que curen sin pastillas la soledad que se acuna en mis patillas. Ya no me resguardan del sol ni las sombrillas de las orillas de esas piernas que me ataban, me mecían y me acomodaban mientras compartíamos almohada y madrugadas. Que ya no quiero hadas ni palabras vagas que me hablan de perdones y no piensan en dolores de amores agrios que pisan sueños viejos de alquiler. No quiero más cuerpos de alfiler ni mal-vender besos por doquier que se enredaban hasta en los huesos del somier. Cámbiame el mes de Abril por Noviembres de frío y fragilidad; por Agostos fríos en Argentina o por Eneros muertos sin años nuevos. Rómpeme los huevos y regálame unos nuevos porque me pesa tu esencia y no quiero tener entre mis cuatro paredes tu ausencia y amnesia culpables de deudas que dejan dudas y amarguras en un cuerpo muerto lleno de magulladuras. Déjame aullarle a la Luna y que me responda con una canción de cuna hecha para soñar. Para soñar y olvidar; para abstraerme del recuerdo de tus ojos verdes. Déjame no volver a verte.

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